Diagnosticar las necesidades
El profesor debe conocer tanto las características individuales de cada alumno, como las necesidades grupales de la clase (afinidades, relaciones, experiencia, etc.).
Preparar las lecciones.
Para organizar el aprendizaje, será necesario planificar el curso mediante objetivos, contenidos, actividades, materiales y un sistema de evaluación, que tengan en cuenta la gran variedad de recursos que ofrece Internet. Así, el profesor debe preparar estrategias didácticas en las que se incluyan ejercicios individuales y colectivos, que promuevan el aprendizaje autónomo, la memoria constructiva y la motivación.
Preparar los recursos didácticos.
El profesor tiene que elegir los materiales que se emplearán, también cuándo y cómo, estructurando su uso en función de los conocimientos previos de los alumnos, y sacando partido a los diferentes canales de información y lenguajes (hipertextos, iconos, multimedia, etc.).
Motivar a los estudiantes
Por ello se entiende despertar el interés del alumnado hacia los contenidos de la asignatura, por ejemplo, estableciendo relaciones entre la materia impartida y sus experiencias de vida, planteando ejercicios grupales o destacando la utilidad de esas lecciones.
Enseñar centrándose en el alumno
El profesor debe proporcionar toda la información que requiera la docencia, teniendo en cuenta que no es la única fuente para sus alumnos; facilitar la comprensión de los contenidos, fomentar el autoaprendizaje, orientar en la realización de actividades, promover la colaboración, asesorar en el uso de los recursos y evaluar los aprendizajes de los estudiantes, fomentando también la autoevaluación.
Ofrecer tutorías físicas y telemáticas
Para hacer un correcto seguimiento del progreso individual de los alumnos, será necesario actuar de tutor, proporcionando el feed-back adecuado, resolviendo dudas o problemas, o incluso manteniendo contacto con las familias. Todo ello, con el fin de ser un ejemplo a seguir, tanto en las actuaciones como en los valores.
En definitiva, en Grupo Femxa, hablamos de un docente que actúa de experto de los contenidos, que planifica las lecciones pero es flexible en la enseñanza; que establece metas, regula el aprendizaje facilitando la interacción con los materiales y los compañeros, fomenta la curiosidad intelectual, promueve la discusión reflexiva, desarrolla valores y actitudes positivas, y atiende a las diferencias individuales.
Todo ello señala a que el nuevo papel del docente no debe centrarse tanto en “enseñar” conocimientos, sino ayudar a los alumnos a construir su propio conocimiento, con una nueva filosofía que podríamos llamar: “Aprender a aprender”.
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